26 de agosto de 2008

¿Ya no hay tocha?


La esposa de nuestro Príncipe Felipe ha tenido que someterse la pobrecilla a una intervención médica nasal (rinoseptoplastia) para respirar mejor. Los servicios médicos de la monarquía habían recomendado esta intervención.

Justo en vacaciones. El mes de agosto es cuando se realizan más intervenciones de cirugía plástica para que no se note. A Lady Letizia el postoperatorio le ha cogido de improviso por el accidente de Barajas. Al tener que aparecer en público se ha notado "el arreglillo del apéndice nasal" y rápidamente la Casa Real ha publicado una nota oficial justificando la intervención.

¿Por qué nos decepciona esta decisión?
Al fin y al cabo ella tiene todo el derecho a hacer con su cuerpo lo que quiera.

Cierto, sí. Pero confiaba en que una persona hecha así misma, con mucha vida a sus espaldas, sabría vivir con el cuerpo que Dios le ha dado. Las adolescentes se fijan en estos detalles de personas famosas y desean cada vez más remodelar sus cuerpos con cirugía. De hecho es cada vez más frecuente que las chicas reciban como "regalo" de mayoría de edad -al cumplir los 18 años- una operación de cirugía plástica por la que han estado suspirando aunque no sea necesaria.

Ha caído en la tentación de la cirugía plástica. A estas alturas, con un matrimonio anterior y después de ser una locutora estupenda creo que nadie en sus cabales se puede creer "la versión oficial". Como es tan delgada, incluso se habló de que padecía una anorexia nerviosa, seguro que dentro de poco vendrán las prótesis mamarias y ¿de nalgas?... Y si no al tiempo.

"Nuestros representantes" oficiales no deben ser modelo de tonterías de la moda. Lady Letizia "es nuestra princesita" en la que se ven reflejadas las ilusiones infantiles de algunas de nuestras niñas. No añadamos a su delgadez la necesidad de la cirugía. Mal ejemplo, mal ejemplo.


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