El yayo Dioni nos había invitado a todos con motivo de la celebración de su cumpleaños.
Lo que no sabía es que a la mesa se sentaría un comensal más, inesperado.
¡ Y ese comensal era yo !
Ciertas cosas deben hacerse "comme il faut".
Aprovechando el estado de ánimo favorable reinante, caldo de cultivo idóneo para anunciar mi llegada, hicimos parte a los nuevos abuelos y tíos de su futura condición.
Los tíos Laura y Luis leyeron enseguida entre líneas, y cazaron al vuelo mi presencia.
Los yayos Dionisio y Maribel, tras unos segundos de análisis y reflexión, también saltaron de alegría.
¡ Cuántos besos y abrazos ! ¡ Ésto promete !
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