Continuamos con el repaso de mi crecimiento en el embarazo con una descripción de cómo voy desarrollándome dentro del vientre de mamá semana a semana.
Este período es muy importante pues comienzo a crecer y a aumentar de peso a pasos acelerados. Además, aunque no me entere mucho, son semanas clave pues marcan el paso del primer trimestre al segundo trimestre de embarazo.
Como contaba en un post anterior, en la semana 12 el riesgo de que se produzca un aborto espontáneo se ve notablemente reducido ya que mis estructuras primarias y mis órganos principales ya están formados; las anomalías a estas alturas del embarazo son poco frecuentes.
En la semana 13 de embarazo ya tengo 11 semanas de vida, mido alrededor de 7 cm y peso unos 20 gramos. Ya cuento con una estructura ósea y aunque parezca mentira mis manos ya cuentan con sus 27 pequeños huesitos.
Mis ojos se acercan a su posición definitiva en la línea media de la cara, al igual que las orejas se van colocando en su lugar y los finos párpados, que están pegados, cubren mis ojos.
El intestino medio, que hasta ahora se encontraba fuera de mi cuerpo, se ubica dentro del abdomen, mientras que la pared abdominal se cierra habiéndose formado ya el ombligo por donde entra el cordón umbilical.
En la semana 14 de embarazo ya hemos dejado atrás las primeras 12 semanas de gestación, es decir el primer trimestre, y entramos en el segundo trimestre que abarca hasta la semana 26.
En esta semana mi aspecto es idéntico al de un bebé recién nacido, pero en tamaño miniatura. Mido unos 10 centímetros y peso 30 gramos. Ya muevo la cabeza de un lado al otro y mi cuerpo comienza a crecer más proporcionado, la cabeza no ocupa dos tercios de mi tamaño como antes. Empiezan a formarse las huellas digitales en las yemas de mis dedos y mis riñones funcionan produciendo orina.
En la semana 15 mi piel está recubierta por una fina capa de vello llamada lanugo que desaparecerá casi por completo después del nacimiento, igualmente mi cabeza comienza a cubrirse de pelo.
Mis piernas y brazos siguen creciendo y ya puedo hacer movimientos amplios dentro del saco de líquido amniótico, aunque todavía no son tan fuertes como para que mamá pueda sentirlos a través de las paredes del útero.
Empiezo a desarrollar el sentido del gusto y en esto tiene mucho que ver lo que mamá come ya que los diferentes sabores me llegan a través del líquido amniótico. Algunos estudios han comprobado que los bebés sienten preferencia por ciertos alimentos incluso antes de nacer. Es sabido que nos decantamos por los sabores dulces, por eso los bebés se mueven más cuando las mamás ingieren algún alimento muy dulce como un chocolate o una golosina.
En la semana 16 mis órganos sexuales ya pueden verse con claridad a través de una ecografía, así que si os dejo ver “mis partes” podréis averiguar que soy nena, aunque es en la ecografía de alta resolución alrededor de la semana 20 cuando suele confirmarse.
Con 14 semanas de vida, mido alrededor de 12 cm y peso apenas entre 100 y 150 gramos, podría caber en la palma de tu mano. Comienzo a desaparecer la traslucencia nucal y mi cabeza comienza a estar más recta y no tan apoyada sobre el torso.
Ya soy un pequeño ser humano que puede moverse, reacciona ante la luz, comienza a distinguir sabores y a desarrollar el olfato, igual que puede oírte y reacciona antes las estimulaciones táctiles, así que puedes comenzar a comunicarte conmigo a través de caricias y de la voz.
A partir de esta semana, algunas madres pueden comenzar a notar los movimientos del bebé, pero todavía no pueden llamarse pataditas. Es un leve “mariposeo” o burbujeo en el bajo vientre que notarás si prestas mucha atención, especialmente si te tumbas boca abajo. Las mujeres que no son primerizas, es decir que han tenido embarazos anteriores, pueden comenzar a notarlo más temprano.
Con respecto a la mamá, el segundo trimestre que comienza en estas semanas es el que la madre más disfruta. Por lo general, los malestares de las primeras semanas han desaparecido o al menos han disminuido bastante. De ahora en más, la barriga comenzará a crecer rápidamente y también durante este trimestre empezarás a sentir que me muevo en tu interior.
Es una etapa del embarazo en la que el peso extra no es excesivo, permitiéndo a la madre realizar todo tipo de actividades, han pasado también los miedos de las primeras semanas y la frenética acción de las hormonas de las primeras semanas se ha tranquilizado un poco. Es un momento ideal para disfrutar del embarazo a pleno, seguramente te dirán que estás muy guapa pues a esta altura se dice que las embarazas son bendecidas con el “resplandor del embarazo”.
Este período es muy importante pues comienzo a crecer y a aumentar de peso a pasos acelerados. Además, aunque no me entere mucho, son semanas clave pues marcan el paso del primer trimestre al segundo trimestre de embarazo.
Como contaba en un post anterior, en la semana 12 el riesgo de que se produzca un aborto espontáneo se ve notablemente reducido ya que mis estructuras primarias y mis órganos principales ya están formados; las anomalías a estas alturas del embarazo son poco frecuentes.
En la semana 13 de embarazo ya tengo 11 semanas de vida, mido alrededor de 7 cm y peso unos 20 gramos. Ya cuento con una estructura ósea y aunque parezca mentira mis manos ya cuentan con sus 27 pequeños huesitos.
Mis ojos se acercan a su posición definitiva en la línea media de la cara, al igual que las orejas se van colocando en su lugar y los finos párpados, que están pegados, cubren mis ojos.
El intestino medio, que hasta ahora se encontraba fuera de mi cuerpo, se ubica dentro del abdomen, mientras que la pared abdominal se cierra habiéndose formado ya el ombligo por donde entra el cordón umbilical.
En la semana 14 de embarazo ya hemos dejado atrás las primeras 12 semanas de gestación, es decir el primer trimestre, y entramos en el segundo trimestre que abarca hasta la semana 26.
En esta semana mi aspecto es idéntico al de un bebé recién nacido, pero en tamaño miniatura. Mido unos 10 centímetros y peso 30 gramos. Ya muevo la cabeza de un lado al otro y mi cuerpo comienza a crecer más proporcionado, la cabeza no ocupa dos tercios de mi tamaño como antes. Empiezan a formarse las huellas digitales en las yemas de mis dedos y mis riñones funcionan produciendo orina.
En la semana 15 mi piel está recubierta por una fina capa de vello llamada lanugo que desaparecerá casi por completo después del nacimiento, igualmente mi cabeza comienza a cubrirse de pelo.
Mis piernas y brazos siguen creciendo y ya puedo hacer movimientos amplios dentro del saco de líquido amniótico, aunque todavía no son tan fuertes como para que mamá pueda sentirlos a través de las paredes del útero.
Empiezo a desarrollar el sentido del gusto y en esto tiene mucho que ver lo que mamá come ya que los diferentes sabores me llegan a través del líquido amniótico. Algunos estudios han comprobado que los bebés sienten preferencia por ciertos alimentos incluso antes de nacer. Es sabido que nos decantamos por los sabores dulces, por eso los bebés se mueven más cuando las mamás ingieren algún alimento muy dulce como un chocolate o una golosina.
En la semana 16 mis órganos sexuales ya pueden verse con claridad a través de una ecografía, así que si os dejo ver “mis partes” podréis averiguar que soy nena, aunque es en la ecografía de alta resolución alrededor de la semana 20 cuando suele confirmarse.
Con 14 semanas de vida, mido alrededor de 12 cm y peso apenas entre 100 y 150 gramos, podría caber en la palma de tu mano. Comienzo a desaparecer la traslucencia nucal y mi cabeza comienza a estar más recta y no tan apoyada sobre el torso.
Ya soy un pequeño ser humano que puede moverse, reacciona ante la luz, comienza a distinguir sabores y a desarrollar el olfato, igual que puede oírte y reacciona antes las estimulaciones táctiles, así que puedes comenzar a comunicarte conmigo a través de caricias y de la voz.
A partir de esta semana, algunas madres pueden comenzar a notar los movimientos del bebé, pero todavía no pueden llamarse pataditas. Es un leve “mariposeo” o burbujeo en el bajo vientre que notarás si prestas mucha atención, especialmente si te tumbas boca abajo. Las mujeres que no son primerizas, es decir que han tenido embarazos anteriores, pueden comenzar a notarlo más temprano.
Con respecto a la mamá, el segundo trimestre que comienza en estas semanas es el que la madre más disfruta. Por lo general, los malestares de las primeras semanas han desaparecido o al menos han disminuido bastante. De ahora en más, la barriga comenzará a crecer rápidamente y también durante este trimestre empezarás a sentir que me muevo en tu interior.
Es una etapa del embarazo en la que el peso extra no es excesivo, permitiéndo a la madre realizar todo tipo de actividades, han pasado también los miedos de las primeras semanas y la frenética acción de las hormonas de las primeras semanas se ha tranquilizado un poco. Es un momento ideal para disfrutar del embarazo a pleno, seguramente te dirán que estás muy guapa pues a esta altura se dice que las embarazas son bendecidas con el “resplandor del embarazo”.
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