Cómo crece el bebé: de la semana 17 a la semana 20
A partir de la semana 14 ya hemos entrado en el segundo trimestre de embarazo.
Se dice que es el trimestre que la madre más disfruta pues casi han desaparecido las molestias de las primeras semanas y mi peso aún no incomoda en las tareas cotidianas.
A estas alturas de embarazo los cambios físicos de la madre son evidentes. La tripa ya tiene un tamaño considerable y es posible que hayas aumentado entre 4 y 6 kilos respecto al peso que tenías antes de quedar embarazada. Tu postura ha cambiado para contrarrestar el peso extra de la tripa. Es posible que no lo notes, pero es un cambio para el que el cuerpo de las mujeres viene programado.
En la semana 17 de embarazo, es decir a mis 15 semanas de vida, mido uno 13 centímetros de la cabeza a las nalgas y mi peso es de casi 200 gramos. Mis movimientos son cada vez más notorios, me llevo los dedos a la boca, muevo los brazos y las piernas, hago muecas y trago líquido amniótico para empezar a entrenar el sistema digestivo.
El cordón umbilical que me conecta contigo para transportar nutrientes y oxígeno sigue creciendo y ensanchándose. Mis uñas son unas finas láminas transparentes y el pelo de la cabeza y de las cejas va volviéndose más grueso.
Es alrededor de la semana 18 cuando comenzarás a sentir mis movimientos dentro del útero. Lo que hasta ahora era apenas una sensación de burbujeo se convierte en la certeza de que me muevo. Pero no se trata de una regla matemática, puede que algunas mujeres comiencen a notarlo un poco antes, sobre todo si han tenido embarazos anteriores, y otras, unas semanas después.
Comienzo a moverme bastante ya que todavía soy pequeñita y tiene espacio para campar a mis anchas, incluso doy la vuelta sobre mi misma. Mi esqueleto, que hasta ahora era cartilaginoso, comienza a solidificarse, por eso es muy importante que mamá incluya en su dieta alimentos ricos en calcio.
En la semana 19 (17 mías) mido alrededor de 15 cm y peso unos 250 gramos. Las orejas y los ojos ya casi se ubican en su posición final. Es algo asombroso, pero debes saber que mis pequeños ovarios que no tendrán más tamaño que el de un botón ya contienen huevos primitivos que darán origen a los óvulos.
El sentido del oído ya está desarrollado como para que pueda escuchar a través del líquido amniótico los sonidos que produce tu cuerpo, como el del estómago al digerir los alimentos, el latido de tu corazón y por supuesto, tu voz, que ya distingo de la de los demás.
En la semana 20 mido 16 centímetros y peso alrededor de 350 gramos. Mis pulmones comienzan a practicar el ejercicio de la respiración y mi sistema digestivo hace lo propio tragando líquido amniótico.
Mi cerebro cuenta con 30.000 millones de neuronas y está desarrollando las áreas destinadas a los sentidos del gusto, el olfato, la audición, la visión y el tacto.
Mi piel empieza a recubrirse de una sustancia blanca y grasosa llamada “vernix caseosa” que además de protegerla facilita mi paso por el canal vaginal en el momento del parto.
Hasta ahora, mi tamaño se medía de la cabeza a la rabadilla ya que tenía las piernas muy pegadas a mi cuerpo, pero a partir de ahora, las mediciones se hacen desde la coronilla hasta los pies. Siendo así, a las 20 semanas mido ente unos 22 y 25 centímetros.
Seguramente, entre la semana 18 y 22 te realizarán una ecografía de alta resolución llamada ecografía morfológica en la cual el especialista analiza a fondo mis órganos para detectar posibles anomalías.
Hemos llegado a la semana 20, es decir, exactamente a la mitad del embarazo, el ecuador de la gestación. Durante la segunda mitad del embarazo aumentaré 10 veces mi peso y doblaré mi tamaño.
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