9 de agosto de 2008
Estampados nada inocentes
Quienes tengais hijos seguro que en alguna ocasión nos sorprenderéis intentando dejar nuestra huella artística en vuestros muebles o paredes. Después de explicarnos que os gustan mucho nuestros dibujos y sugerirnos que la próxima vez los hagamos sobre un papel, llega la peor parte: intentar borrarlos.
Esto es todo lo contrario de lo que hizo la decoradora Pamela Bell, decidida a que sus hijos de 13, 11 y 7 años, tomaran parte activa en la decoración de su hogar. Convencida de que la casa pertenece tanto a ella como a sus hijos, dejó que estamparan sus delicados sillones, con el resultado que vemos en las imágenes.
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