Si bien no alcanzo todavía la respetable cifra de 28 (sí, 28) yogures semanales que consumen los papis, mis necesidades nutricionales han obligado a un nuevo orden en la nevera para acoger mi nuevo alimento.
A las claras queda, a la vista de estas imágenes, que comparto la afición familiar por el yogur...
¿El siguiente paso?
¡ Aprender a relamer la tapa !
(Admitidlo, es una cochinada pero resulta ser un placer inconfesable...)
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