- Si hacer la maleta te supone una fuente de estrés
- Si afrontas momentos de pánico el minuto antes de la salida
- Si cerrar la maleta te es misión imposible...
has caído en el buen sitio…
Sabréis de casos y conoceréis parejas en que esta ardua tarea es confiada a uno de los miembros, sobre cuyos hombros cae todo el peso y toda la responsabilidad de que ningún enser falte en el nuevo destino.
Esto sucede a veces motu propio ("yo las hago cariño"), a veces, por nominación ("Hazlas tú cariño, que te salen mejor").
En esta era de responsabilidades compartidas, resulta anacrónico, sí.
Y a veces hasta nos reimos cuando sabemos del caso.
Pero es que para esto de hacer maletas, o se nace o no se nace.
Mis papis resultan ser unos maestros de la optimización volumétrica.
Múltiples incursiones pasadas en Ikeas lejanos de su ciudad de residencia aguzaron sus capacidades de inventariado, agrupación y almacenaje.
En el caso de nuestra familia, cada uno su maleta y entre los dos, la mía.
Sufrido viajero, desde este blog te queremos echar una mano con un pequeño gráfico que te puede servir de lista, una especie de boceto.
(Click con el ratón sobre el dibujo para hacer más grande)
Si se te ocurren otras cosas importantes para completar, bienvenidas sean…
0 comentarios a esta entrada:
Publicar un comentario
Mi blog se alimenta de tus comentarios