1 de septiembre de 2009

Con energía

Triste pero cierto, hemos de volver a la rutina.
¿Qué mejor que hacerlo con energía por la mañana?

La vida es decidir.
Llega la mañana y hay que desayunar.
Con arrojo, hay que afrontar las disyuntivas.


Hay gente Cola-cao y gente Nesquik.

El Colacao no se disuelve bien, diréis.
¿Pro o contra?

A ver, todos y todas, padres talluditos.
Va a ser una mini quien de una vez por todas os enseñe a preparar un Colacao “comme il faut” (por cierto, ¿cuántas generaciones no se han molestado en leer las instrucciones del bote?)

  • Verter dos cucharadas de Colacao (si sois golosos, además dos de azúcar)

  • Echar un poco de leche. ¡Ojo! ¡Un poco! Aquí viene el problema de los detractores del Colacao. Si se echa un poquito de leche, se disuelve bien, resultando un engrudo chocolatero, no tendrás problemas para los siguientes pasos.

  • Verter el resto de la leche (caliente o fría) con constante remolino de cuchara.

  • Disfruta de tu delicioso Colacao, disuelto totalmente, pleno de sabor, sin grumitos.

  • Todo este ceremonial y toda esta liturgia es lo que hace que el Colacao sea más apetecible, le dota de enjundia frente a un Nesquik con dispersante.

    Y es que el Cola-cao es tradición, no precisa que su imagen corporativa sea renovada.


    Sus negritos en silueta y el envase amarillo son imagen distintiva para discernir con ojos legañosos en la alacena el bote que ha estado siempre en casa, esperando pacientemente todas las mañanas...


    Soy gente Cola-cao, definitivamente.

    1 comentarios a esta entrada:

    Ana comentó

    ay! aqui en los States no hay colacao y se echa de menos!

    Por cierto, yo si he leido las instrucciones...lo que pasa es que a mi me gusta con grumitos

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