9 de febrero de 2010

Por un pincho de tortilla decente


Las máquinas de vending (las expendedoras, como se han llamado toda la vida de Dios) son el triste sucedáneo del que muchos curritos “disfrutan” durante sus pausas en el trabajo.


A falta de cafetería próxima o de licencia tipo funcionario para desayunar y solazarse durante más de una hora, el vending cubre todo lo que un feliz trabajador puede desear.


Cafés e infusiones de inmediata acción detonante categoría
“La avioneta” (te vas volando), sandwiches con ignotos y sospechosos relleno-argamasa, bollería industrial a precio de salmón...son algunas de delicatessen que las empresas tienen a bien poner al alcance de sus empleados.

Recuerdo en alguna ocasión haber visto máquinas expendedoras de fruta fresca, pero eso parece aún a años luz del criterio de contratación del vending en la mayor parte de empresas.


¿A que sería fantástico tener una máquina como la que se muestra en este vídeo para hacer más llevadera la jornada?



P.D.

A los Departamentos de I+D+I de las Firmas de Vending:

¿Serán ustedes capaces de desarrollar una espiral cuyo giro garantice que el producto seleccionado caiga en la bandeja y no se quede colgando en un precipicio como un cliffhanger cualquiera?


En caso contrario, ¿pueden ustedes dotar a sus máquinas de una zona acolchada sobre la que realizar empellones tipo placaje fútbol americano/rugby para precipitar la caída del producto?


(Lo digo para no sacudir la máquina como si fuera un manzano).

¿De qué máquinas disfrutáis en vuestra ofi?




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