No me tengo por una de esas crías engreídas...
De esas que están encantandas de haberse conocido.
Sin embargo, hoy, por primera vez, he pronunciado mi nombre.
Y me gusta como suena.
¡Lástima que no hubiera convocado a la prensa y medios!
La vida de un mini está llena de primeras veces, todas con su emoción.
Recordad mayores, no estéis de vuelta de todo.
Aunque la primera vez quede lejana o incluso no os acordéis de ella, las cosas que vivimos hay que disfrutarlas como si fuera la primera vez que nos acontecen.
Que la rutina nunca le gane la partida a la emoción y al asombro.
0 comentarios a esta entrada:
Publicar un comentario
Mi blog se alimenta de tus comentarios