1 de octubre de 2010

Náufragos de la zanussi.

Pones una colada.



Esperas a que termine.

Coges 6 kilos de prendas más o menos húmedas entre tus brazos como si fueras un malabarista del Cirque du Soleil.


No importa el cuidado que pongas.

Hay una verdad inmutable.


Cuando vuelvas de tender, encontrarás sí o sí un calcetín rezagado que se te cayó del montón.

P.S.
Cuando te enfrentas al hecho de ver la prenda mojada, tendida sobre el suelo y sin pareja, existen dos posibilidades:

a) eres un desalmado y la arrojas a la lavadora o al cesto en espera de una siguiente colada.

b) tienes misericordia del pobre naúfrago y lo llevas a secarse al solecito con su pareja.

Miserias domésticas...



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