Sííí, me contestareís...
Pues no, no siempre.
Me explico.
Un ejemplo: el teléfono inálámbrico.
Es un invento del demonio que ha acabado con una de las diversiones del trabajador cuando llega por la mañana a la oficina.
Ya casi no se ven cables enrevesados...se añoran.
0 comentarios a esta entrada:
Publicar un comentario
Mi blog se alimenta de tus comentarios