5 de enero de 2011

Están de camino

Y la estrella que habían visto salir iba delante de ellos, hasta que por fin se detuvo sobre el lugar donde se hallaba el niño.

Al ver la estrella, los sabios se llenaron de alegría.

Luego entraron en la casa y vieron al niño con María, su madre.

Y arrodillándose, lo adoraron.

Abrieron sus cofres y le ofrecieron
oro, incienso y mirra.







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