26 de agosto de 2008
Reivindicación
Los creencias populares, las promociones comerciales que enaltecen a unos productos en detrimento de otros o simplemente nuestros hábitos alimenticios, condicionan el lugar que los alimentos ocupan en nuestra dieta.
Así, con frecuencia calificamos erróneamente a un alimento de “poco sano”, cuando la realidad es muy diferente y podríamos disfrutar de sus beneficios si los incluimos en nuestra dieta adecuadamente.
Por eso, os presentaré 4 alimentos que, en mi opinión, sufren de una “mala fama popular” y que merecen ser reivindicados porque sus propiedades nutricionales no son nocivas para la salud, sino todo lo contrario...
Frutos secos: Los frutos secos se asocian frecuentemente a las fiestas de fin de año y toda la comida presente en dichas épocas del año han adquirido una reputación negativa por ser de alto valor calórico.
Es decir, bajo la creencia de que los frutos secos son hipercalóricos, pesados y no son necesarios para vivir con salud, nuestros hábitos están perdiendo la posibilidad de aportar a la salud ácidos grasos de buena calidad, proteínas vegetales y fibra, entre muchas vitaminas y minerales que estos alimentos poseen.
Por ello, os propongo incluir pequeñas porciones de nueces, avellanas, cacahuetes no fritos ni muy salados o almendras para aprovechar sus bondades y disfrutar de energía que no viene sola, sino muy bien acompañada.
Pan: es un esfuerzo continuo revertir la mala fama del pan o la creencia de que éste engorda. Sin embargo, al momento de iniciar un plan de adelgazamiento, el pan es el primero en quedar fuera de la dieta.
Por eso, una vez más afirmar que el pan no engorda ni es un alimento que pueda perjudicar nuestra salud, sino que sus nutrientes son muy nobles e incluso, el mercado ofrece grandes variedades para que todos podamos consumirlos: celiacos, diabéticos, personas con estreñimiento, deportistas, entre otros.
Vegetales congelados: He escuchado muchas veces que éste tipo de alimentos son pobres en nutrientes porque pierden sus propiedades en el congelamiento.
La realidad es que sólo son vegetales y por lo tanto, en la mayoría de los casos se conservan igual o mejor que si los compramos y los mantenemos en el refrigerador por 3 días antes de consumirlos.
Incluso, los vegetales congelados suelen necesitar menos tiempo de cocción, por lo que las pérdidas vitamínicas o de minerales, en algunos casos, son menores.
Además, los vegetales congelados nos dan la posibilidad de acceder a ellos en todas épocas del año, aún cuando el alimento no está en su estación y ésto se lo debemos agradecer a la industria. Por otro lado, es una forma más de incorporar frutas y verduras a nuestra dieta que no podemos dejar de aprovechar.
Huevo: el huevo ha sido maltratado durante años por el colesterol, y se llegó a prohibir su consumo en personas con sobrepeso debido a la errónea creencia de que es “elevado en grasas”.
Sin embargo, el huevo es una excelente fuente de proteínas de origen animal, es decir, completas y de buena calidad. Además, cada huevo aporta aproximadamente 3 gramos de grasa y la misma cantidad de proteínas, contenidas únicamente en su clara.
Por otro lado, en su composición encontramos fosfolípidos como la lecitina, ácidos grasos insaturados, vitaminas, hierro y otros minerales esenciales para el organismo.
Por lo tanto, si bien su ingesta no puede alcanzar las 10 unidades diarias, podemos incluirlo diariamente sin que nuestra salud sea vea perjudicada.
Sólo he citado los alimentos que creo han sido más maltratados erróneamente y que por dicha razón, estamos perdiendo la oportunidad de aprovechar sus nutrientes que pueden significar un beneficio para la salud.
Cabe aclarar que la base de toda alimentación saludable es incluir alimentos varios, pero cada uno en sus cantidades adecuadas para lograr así, una dieta equilibrada, sin déficit ni excesos.
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