4 de septiembre de 2008

Compartir, hasta los 7 años no


Los niños pequeños aprenden a compartir las cosas a partir de los siete años de edad según un estudio publicado por la revista científica británica Nature.

Yo, de momento, no he tenido problemas por que no quiera compartir mi Buggy Buggy o mi Froggy Frog, aún no he tenido ocasión...

Para los papis de nenes mayores, ¿queréis seguir leyendo?.

Lo de que le bajes antes de tiempo del columpio en el parque para que suba otro niño no le sienta muy bien. Pero eso no se trata de compartir realmente. Más que enojarse con el niño lo hace con el adulto que le baja del columpio.

Tal vez siete años sean muchos. No lo sé. Pero me parece muy lógico que un niño pequeño no entienda eso de que tiene que soltar el juguete con el que está disfrutando porque otro niño, sea un extraño o un familiar, también lo quiere.

Carlos González hablaba del tema en uno de sus libros poniendo un ejemplo más o menos así:

Un padre insiste en que su hijo Juan tiene que soltar el cubo de arena con el que está jugando y en el que otra niña del parque que no conocen, María, se ha fijado. María tiene un interés relativo en el cubo que se podría redirigir fácilmente. El padre de Juan se empeña en que su hijo tiene que aprender a compartir e insiste en quitarle el cubo para dárselo a María. Juan llora. La madre de María, algo violenta, insiste en que no es necesario. Pero el padre de Juan le repite a su hijo que no puede ser tan egoísta y no cede, ya sea por convención social, por creer que es lo correcto, por cabezonería paterna...

Seguro que habéis visto escenas parecidas. ¿Verdad?

Carlos González añadía que si María se hubiera empeñado en jugar con las llaves del coche del papá de Juan, con su nuevo Iphone o con su cartera, es poco probable que el adulto decidiera dejar a una niña desconocida sus objetos personales y si le hubieran dicho que tiene que aprender a compartir hubiera contestado que eso son milongas en ese caso.

Pero el papá de Juan no entiende que para su hijo su cubo es en esos momentos es una posesión tan preciada como las tarjetas de crédito para su padre.

Y tengo que estar de acuerdo de nuevo con él. ¿Y vosotros?

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