¿Qué necesidad tenéis de dejar infestados de vidrios rotos los parques donde los minis jugamos?
¿Qué tal si os lleváis la botellita a casa cuando se acabe la noche y la rompéis en vuestra habitación antes de echaros a dormir?
Así, por la mañana, podéis jugar a la gymkana.
Veréis qué bien os lo pasaréis.
Tenéis unos tragos muy tontitos.
Para beber, hay que saber beber.

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