Music non stop

La música es una herramienta privilegiada para el aprendizaje en los niños. No hay más que entrar en una juguetería y observar los juguetes para niños entre 0 y 3 años. Casi todos tienen música o sonidos.

Realmente no es casualidad. Además del tacto, el oído es de los primeros sentidos en desarrollarse. Ya en el útero materno el niño convive con multitud de sonidos, desde el latido rítmico del corazón, hasta la música que su madre escucha durante el embarazo. Hay estudios que afirman que esa misma música es capaz de calmar al niño durante sus primeros días de vida, como si de alguna forma la recordase. De ahí la importancia de compartir la música con tu hijo desde esos primeros momentos.

¿Qué pueden aprender los niños de la música?:

La música beneficia al niño en todas sus facetas:

1. Cognitiva: favorece la observación consciente, la memoria, la capacidad de atención, de concentración y de abstracción, entre otras.
2. Lenguaje: capacidad de expresión y de escucha.
3. Motriz: por medio del movimiento y del ritmo permite la mejor integración del esquema corporal, coordinación motriz gruesa y fina, equilibrio, coordinación ojo-mano y ojo-pie, y facilita la toma de conciencia del espacio y del tiempo.
4. Emocional: autoestima, expresar sentimientos, socialización, actitud creativa.

Algunos consejos prácticos:

1. Según el momento del día debemos elegir la música adecuada. No recomendamos ritmos muy rápidos recién levantado ni justo antes de acostarle. Los ritmos lentos sirven para relajar y los ritmos rápidos o más dinámicos propician más el movimiento.
2. Canciones populares que los padres saben o sino inventadas. Cuanto más pequeño, más sencillas tienen que ser las canciones que le cantamos. Poca letra y muy repetitiva y pocos gestos y muy repetitivos. Empezaremos con un par de ellas y a medida que va respondiendo le vamos ampliando el repertorio. A partir de los 6-7 meses ya empiezan con las 'palmitas' y con los 'cinco lobitos'. El niño ya es sujeto activo, con lo cual conviene que los adultos no acaparemos toda la actividad, sino que en la canción haya momentos que dejemos una palabra a medio terminar para dar la posibilidad al niño de que la pueda decir, y si no no pasa nada, ya la dirá. Lo importante es que le demos la oportunidad.
3. Se requiere creatividad. A veces limitamos mucho el repertorio musical del niño a canciones infantiles. Podemos compartir con él canciones de nuestra época o lo último que está en la lista de los más vendidos.
4. Incluso podéis montar vuestra propia orquesta con algunos objetos caseros (botellas de plásticos, cucharas de palo, cacerolas...) y con instrumentos musicales adecuados para niños pequeños (guitarra, tambor, piano, batería, pandereta, flauta...)
5. A partir del año el baile es un componente fundamental. Podéis empezar con coreografías sencillas e ir complicándolo poco a poco. Si lo hace toda la familia el niño se sentirá acompañado y motivado